Robin, Marian y todos sus compañeros disfrutan de una tarde tranquila sin el sheriff molestándolos. Hasta que llega un joven habilidoso llamado
Robert Soras. Le hacen unas pruebas y se une a la banda. Pero algo no los tenía tan cómodos, empezaban a faltar cosas como flechas, ropa, comida, etc.
Una noche Robin y sus compañeros se despiertan por unos ruidos. Silenciosamente miran y Robert no estaba. Era obvio que lo ayudaba al sheriff y había una nota sobre el pasto que decía:
“Marian nos será de una gran ayuda en Nottingham. Muchas gracias.
Robert”
Marian recibió todo lo que quería pero no estaba satisfecha, claro, ¿quién va a estar satisfecho en un secuestro? Por suerte Robin ya estaba en camino dispuesto a hacer cualquier cosa por Marian.
Pero esta vez no será tan fácil entrar al castillo. Las entradas estaban repletas de guardias. ¿Cómo iban a atacar?
Hasta que a Robin se le ocurrió una idea brillante: construir una carreta con una tela encima y fingir que tiene oro, claro que Guy recorrería el mundo por oro y tal vez algunos guardias también había que correr el rumor pero eso era lo de menos. Los que llevan la carreta eran pequeño Juan y Will Scarlett. Cuando el sheriff se enteró mando mil guardias y él fue a caballo. Cuando estaban bien lejos del castillo los hombres de Robin dejaron la carreta y se fueron rumbo al castillo sin que los vieran.
El castillo estaba desprotegido y gracias a eso pudieron rescatar a Marian y Robin le dejó una nota a Robert: “Marian nos será de una gran ayuda aquí en Sherwood.
Robin Hood.”
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